martes, 17 de noviembre de 2015

Ciego

Hay decisiones que cambian por completo nuestro días, decisiones que recapacitadas o no, te aterrorizan. Regresa cual vorágine la sensación de caída libre constante. No hay momento ni lugar para lágrimas, se acabó. Se acabó esperar que la chispa surgiera desencadenando nuestro asolador incendio. Has sido la bala alojada en mi hombro, que mi cuerpo ha sido incapaz de asimilar, y ha rechazado. No volveré a derramar ni una gota más. No quiero más viajes llenos de promesas.

La debilidad de mi cuerpo y mente son sólo agujetas emocionales. Llevo semanas sintiendo como la ilusión se me escapaba de entre las manos. Esperaba contemplar una explosión y me encontré con la dura tarea de detener la bomba.


Adiós.