martes, 31 de enero de 2017

Derribo

Jamás perdonará sus propios errores.

No me importa la mentira de los personajes de relleno, eres tú con tu incansable persecución lo que me ha hecho explotar. ¿Cómo puedes llegar a estar casi una década haciéndome pagar por algo que los dos hicimos? Es el tiempo y sus cambios en ti los que me afectan. Hasta hace dos años pensabas volver conmigo para ahora hacerme esto, todo por los errores de una primeriza relación tóxica. Cuando por fin creí que éramos felices vas y me demuestras que tu corazón sigue marchito por mí, y para colmo mi reacción no es otra que explotar. Cercanos míos han compartido conversaciones que tuvimos durante la relación y las veces que has vuelto para hundirme. Siento mucho haber aparecido en tu vida y no haberte sabido amar, pero ha pasado demasiado tiempo. No soy el mismo ni tú eres la misma que con sufrimiento he tenido que leer, ya basta. He apartado a todos mis amigos, he dejado el trabajo, los estudios y me voy de España con un maravilloso tratamiento. Se acabó tu acoso y derribo.

No volveré a creer en nadie y no volverás a encontrarme. 
Yo no soy tuyo, no te lo volveré a repetir.


Adiós querido blog

martes, 6 de diciembre de 2016

Reborn

Mi estado mental transcurre en estaciones muy similares a las clásicas que conocerás. Hay una en concreto que tiene el aroma de una persona, como si el frío trajera consigo el hedor de una fecha que me marcó.

Eh, no, espera. ¿Otra vez voy a lloriquear porque me dejaran el 1 de enero o porque mi familia haya sido un desastre? No, definitivamente no. ¿Por qué? Tan simple como que aquella relación está quemada a día de hoy, eso quiere decir que hemos intentado volver y no se ha llegado a nada. Si de verdad nos importara lo más mínimo no llegaríamos a distanciarnos nunca. El chicle ha perdido su sabor, es así de simple. Y mi familia... ya soy independiente, los veré en fechas señaladas y se acabó.

Estoy hasta los cojones de convivir continuamente con el drama cuando mi vida es maravillosa. Sí, no soy el chico más guapo o inteligente del universo, sí, mi trabajo y estudios no son gran cosa, sí, tengo un trastorno de la personalidad... ¿y qué? Seguir con este círculo vicioso de autodestrucción no me llevará a nada. Soy feliz conmigo mismo, me acepto. Joder, claro que me acepto. 

Desde ahora procuraré evitar hablar de mis sensaciones y hacer más relatos.

Estoy aquí, Arcas del pasado.



domingo, 4 de diciembre de 2016

Borderline

Tenue y cálida se cuela la claridad del sol en otra blanquecina mañana de invierno. Las sábanas han decidido unirse a ella en la perpetua batalla que acontece tras mi despertar; no quiero ir a trabajar. No importa la de vueltas que podamos dar entre sueños, siempre amanezco abrazado a ella. Cual rutina apego su menudo cuerpo a mí y respiro profundamente entre la maraña que forma su cabello en mi cara. Huele a hogar.

- Ay, sólo un poco más... - Murmulla encogiéndose como haría una oniscidea. 

Me es imposible contener una de tantas sonrisas que ella jamás verá. Beso su nuca y cual sierpe me deslizo hasta incorporarme en pie. Evito hacer ruido con las persianas al abrirlas y me planteo si él ya estará despierto. Rodeo la cama hasta encontrarme con una sencilla cuna. Él está dormido plácidamente, tiene la boca de su madre y los ojos de su padre... o eso dice todo el mundo.

Llega el momento de preparar el desayuno para todos; dos "mitad", dos tostadas con mantequilla, un poco de bacon, queso y un biberón lleno de leche. Preparo todo encima de una mesita para la cama cuando como era de esperar: él comienza a declarar su hambre entre gorjeos. Al entrar por el arco de la puerta de nuestra habitación encuentro la imagen que da razón a mi vida desde hace años. Ella tiene a él en brazos, está incorporada con el pelo desaliñado y porta una perezosa sonrisa.


Ya es suficiente autoflagelación, ¿no crees? 

Deja de soñar con ideales de revista y asume la imposibilidad que supone para una persona como tú el conseguirlo. Eres un joven trastornado, sí. Ahora entiendo el porqué huías de los profesionales, tú sabías que algo fallaba en tu interior. Ese vacío, esos cambios de humor y de opinión, tu impulsividad y esa autoestima de mierda alimentada gracias a redes sociales. Pusilánime borderline.

Aléjate de ella te recomendó y aquí estás de nuevo.
Deja de llorar.



viernes, 4 de noviembre de 2016

Oxyuranus microlepidotus

Es inexorable, ya no es como antes.

Una vieja amiga me dijo que debía dejarme llevar por lo que sentía a la hora de escribir, así todo fluiría, me dejaría llevar. Esta sensación me devora y empequeñece. Creí que iba a volar y sólo encuentro un peso desorbitado en mi pecho. Todo ha cambiado, hemos dejado de ser aquellos niños que soñaban con ser únicos. Palidezco ante la perspectiva de vivir eternamente muerto, tan sumamente vacío que nada tiene valor.

Cuando me planté frente al teclado pensé que aquella sensación maduraría como añoranza, soledad y lucha... pero ya veo que no es así. Dejar mi mente sin ataduras sólo libera los demonios que escondo para que no huyas de mí. Estoy marchito, cariño... ya nada volverá a ser como antes.

Estoy maldito.

Cómo pude soñar con ser feliz a tu lado en este estado. Ser completamente consciente del daño que he causado a tantas personas, a ti. Engullido por la responsabilidad de haber cometido actos atroces me dispongo a huir, con la esperanza de que seas feliz. De verdad que quiero que lo seas.
Joder, no quería volver a enfrentarme a mí mismo.

Las lágrimas fluyen rápido, ya tienen el sendero hecho.


domingo, 7 de agosto de 2016

Otra vez

Entreabrió los ojos al percibir el amanecer. No habían pasado ni dos horas desde que cedió a Morfeo. Su mente seguía atorada por la cantidad ingente de estupefacientes que aún recorrían su cuerpo. Una olla a presión era el símil perfecto para lo que ocurría en su cabeza.
Palpando la cama mientras se estremecía halló su móvil.

Otra vez.


jueves, 12 de mayo de 2016

De todo y de nada

No consigo recordar en qué momento dejé el timón a la merced del caos. Tengo dudas sobre si fue antes del divorcio de mis padres, en el propio divorcio, en mis relaciones conyugales o simplemente en las pérdidas que han mutilado mi mente. La soledad, la desesperanza, el desamor y la muerte son cicatrices que me han insensibilizado. En ocasiones surge un hálito de nostalgia pero nunca de ilusión; estoy vacío. Eso es. Soy una cáscara adicta a los vicios que pierde el tiempo con videojuegos, el arte, mujeres y drogas. Un truhán, un caballero, un payaso. Jamás pensé que fuera tan difícil mandar al olvido todo lo mal que ha habitado en mí; me pesan los años. Hoy como cualquier otro día vengo a hablar de todo y de nada, escribo una breve carta a mi yo del futuro para que comprenda la inestabilidad que aún existe.

Querido yo del, espero, futuro próximo. Mis heridas arden en estas fechas, me vuelven irascible e impredecible. Lo único que necesito es ocultarme bajo las sábanas y dejar que la tormenta, la vorágine, ceda. Que los errores del pasado no se manifiesten y que mi constancia brille como nunca ha brillado. ¡Cuánto miedo albergo y qué perdida de tiempo enfrentarme a mis demonios!

Espero leas estos retazos con la seguridad de ser mejor de lo que soy, y ante todo... espero que existas, no son los mejores días de mi vida.


viernes, 15 de enero de 2016

Lirio contaminado

La premisa de este texto eran mi soledad y mis más súbitas huidas al ostracismo. El alcohol es el complemento perfecto para escupir sobre lo extraño que resulta convivir conmigo mismo. 

¿Es acaso esta mente retorcida y jodida la guinda del lujurioso pastel?
Ay, ya estoy otra vez con mi manía de adornar con excesivos adjetivos. Llenando el texto de simbolismos y complejidades para que sólo podáis acariciar el dorso del libro que se os presenta. No me fío de vosotros, ni de mí si llegara a confiar. Este garañón usa su lascivia como criba de indeseables y trivializa conversaciones para así no encarnar sentimientos. He conseguido la trampa perfecta donde fallecerán todas mis futuras caídas, mientras mi autoestima se mantiene gracias a orgásmicas estrellas fugaces. No me duele reconocer y recordar mis cicatrices, las mimo y oculto como pequeños trofeos; cada una de ellas tiene su propio nombre, lugar, olor, voz...
Nada tiene que ver la dependencia en este contexto. Se trata de las prioridades de un corazón asolado por un juvenil pasado, que aún superado, dejó unas pautas y protocolos a seguir. Los procedimientos en milagrosas excepciones fueron saltados, y aún con la posibilidad de reprogramar lo establecido; no se hizo. Consiguieron crear una mente orwelliana, preparada para cualquier futura intromisión.

Y aquí estoy, maldiciendo al destino que no conforme con mi entrega desmedida me encadena a mí mismo, maldiciendo esta durísima vara de medir con la que os someto a no ser nada mío, a tener la imposibilidad de conseguirme.


Deseo escapar