miércoles, 25 de febrero de 2015

Muestras de afecto

Hoy al salir de clase un compañero tras preguntar cómo iba mi situación económica, familiar y amorosa me ha sorprendido con una muestra de cariño de lo más singular.- Oraré por tu familia, por ti, por tu futuro. Eres grande, Arcas. - Ante tal situación no pude evitar soltar una breve carcajada cargada de cierta incredulidad, tras ella su semblante sereno y oscuro me hizo comprender que debía valorar no sus creencias si no la carga sentimental de aquellas subjetivas palabras. - ¿Por qué te ríes? - Comentó sin cambiar su singular acento y su mirada firme en la mía. - Gracias Vaz, valoro el gesto. Yo también te valoro como amigo. - Mientras la frase tomaba forma una amplia sonrisa nacía en mí.


No pretendo enfocar el pequeño párrafo anterior hacia una reflexión religiosa, eso será en otro momento. Pienso que lo relevante del texto son las diferentes y peculiares formas que tiene el ser humano de mostrar afecto, cariño o amor hacia otro ser humano.



martes, 24 de febrero de 2015

Luto

Ya no temo tu mirada traicionera, se acabaron las promesas y los días grises de espera. La mentira es la pólvora y tu indiscreción la mecha. Al olvido con todo lo que tenga que ver con bancos de madera y habitaciones rojas, al infierno tu ausencia de sentimiento y bienvenida sea la locura de fingir tu inexistencia. Se acabaron los caminos compartidos, ya sólo me guío por estrellas parpadeantes que me distraen del camino, que absorben mi atención como aquella llama infantil. Mi luto sabe a alcohol y a risas enlatadas provenientes de tu olvido, no me importa tu camino ni destino mientras no te cruces conmigo.

Vuelvo a portar en mi pecho el dolor de la traición consentida, vuelvo a perderme en el bosque de la alevosía, vuelvo a encontrar en mi cielo aquella luna carmesí; tan fría y húmeda como mi mirar.


martes, 17 de febrero de 2015

La traición de la amapola

"La vida es un sendero por el cual tú eliges con quien quieres recorrerlo."

La sangre desprendida por el lazo de nuestras apretadas manos está atrayendo a las fieras. Suelta mi mano y corre lejos de mí, cuidate de la locura y del vacío, no te acerques a hombres que aprieten con fuerza o eviten tu mano y no intentes encontrar mi olor en ninguno de ellos. Pasarás hambre, frío y miedo pero no desesperes ya que tus piernas son más rápidas que las bestias y tu camino tarde o temprano florecerá con carmesíes amapolas. Amapolas que te recordarán mi muerte y suavizarán el recuerdo con el más profundo de los sueños.

Sabías que no podía correr.



lunes, 16 de febrero de 2015

El silencio sentenciado

Al fin llegó el momento que esperaba y no deseaba.

Recuerdo cuando era un infante y jugaba con un mechero que tras varios intentos encendía, su luz cristalizaba mi mirada y el calor que emanaba me transportaba a un estado de éxtasis; tras unos segundos mi pulgar se abrasaba e inevitablemente lanzaba el mechero lejos de mí. Al parecer con unos lametones y varios chupones la mancha negruzca de la piel no desaparecía pero el dolor en ocasiones persistía, éste dependía del tiempo que resistiera el ardor de la llama. Jamás olvidaré mi mundo vidrioso en aquellos momentos como tampoco olvidaré lo que aprendí a tan temprana edad.

"Todo lo que te gusta, duele."

Así a priori puede resultar una reflexión generalizada y simplona pero qué queréis que le haga, era tan sólo un niño. Unos años más tarde tenía como afición leer el periódico, mi mente se embotaba de información insustancial de aquella época hasta que llegaba a la sección de animales. No tendría ni una década de edad y ya estaba llamando a un desconocido para que me diera aquel gatito moteado y recién destetado. Deseaba por encima de todo tener un amigo con el que jugar, pelearme y dormir. Mi carencia de habilidades sociales no tenía importancia ya que tenía a mi inseparable amigo cuadrúpedo en mi casa, seguramente entre mis sábanas acechando esperando el momento oportuno para saltar sobre mi. Una aún dolorosa mañana estaba preparándome para ir a la escuela y un vecino trajo entre sus brazos el cuerpo frio de mi mejor amigo, su cuello estaba destrozado por las fauces de un perro callejero. Entré en casa sin capacidades cognitivas, mi madre me abrazaba llorando, me daba ánimos ya que sabía que sin él, estaría solo. Una vez me dejó ir me acurruqué en la alfombra junto a la chimenea y dormí durante días. Desde aquel entonces me rehusé a crear vínculos con personas o con objetos ya que todo lo que pudiera valorar o apreciar se desvanecía produciéndome aquel agónico mundo vidrioso. Decidí enterrar mi corazoncito en un rincón de mi dolorida alma, de esa manera era capaz de tener vida social ya que no tenía nada que perder, no había nadie que me fallara ya que nunca había creído en nadie.

"Hasta que llegaste tú y me hiciste creer y caer."



domingo, 15 de febrero de 2015

Reflexión ácida

¿Por qué no somos libres?

Ésta es una pregunta que en ocasiones deja mi mente atorada y mi mirar se pierde en un infinito inexistente. Muchos no permitiréis que vuestro día a día mental se resuma en este tipo de planteamientos por ello os autocomplacéis con la clásica frase de autor (que es casi tan reveladora como un problema que únicamente tiene una de las respuestas pero sin tener ni un solo cálculo) o con el más importante de los pasotismos. No es de mi interés señalar vuestra falta de autoenriquecimiento, bueno, qué coño, sí; en este mundo aborregado se necesitan más cabezas pensantes que estimulen el individualismo intelectual. Se toma como referencia lo generalizado y no se duda, no se discute ni se batalla contra la falta de reflexión; se alimenta al ganado con ignorancia y balando exige más y más ensimismamiento colectivo.

Creo que por un momento he perdido el hilo de lo que pensaba exponer al asomarse por mi mente la realidad en la cual vivimos, no es fácil ser consciente de lo establecido y que mi única forma de batallar sea mediante la palabra. La carencia de personalidad se ha globalizado casi en su totalidad, incluso en ocasiones me veo afectado por esa inevitable corriente colectiva (es duro ser hipócrita en ciertos ambientes)... es desolador que apenas queden mentes libres.

La reflexión se ha vuelto una clara crítica.