- Últimamente estás muy callado. - Musito soltando una insignificante sonrisa.
No encuentro respuesta en todo el vasto desierto pero sé que algo o alguien debe estar escuchándome o quizás me escuchó. Súbitamente tropiezo llenando de arena mis secos labios, incorporo mi demacrado cuerpo y fuerzo mi caminar sin éxito. Giro la cabeza y desciendo mi mirar, al otro lado de las esposas me encuentro conmigo mismo, muerto.
- Con que aquí estás. - Caigo cual peso muerto y lo último que veo es su despertar.
No puedo ponerte pegas a nada.
ResponderEliminarTodo lo que leo me gusta y no veo que nada esté mal escrito. Supongo que tiene que venir Irene a exprimirte jajajaja
♥