viernes, 4 de noviembre de 2016

Oxyuranus microlepidotus

Es inexorable, ya no es como antes.

Una vieja amiga me dijo que debía dejarme llevar por lo que sentía a la hora de escribir, así todo fluiría, me dejaría llevar. Esta sensación me devora y empequeñece. Creí que iba a volar y sólo encuentro un peso desorbitado en mi pecho. Todo ha cambiado, hemos dejado de ser aquellos niños que soñaban con ser únicos. Palidezco ante la perspectiva de vivir eternamente muerto, tan sumamente vacío que nada tiene valor.

Cuando me planté frente al teclado pensé que aquella sensación maduraría como añoranza, soledad y lucha... pero ya veo que no es así. Dejar mi mente sin ataduras sólo libera los demonios que escondo para que no huyas de mí. Estoy marchito, cariño... ya nada volverá a ser como antes.

Estoy maldito.

Cómo pude soñar con ser feliz a tu lado en este estado. Ser completamente consciente del daño que he causado a tantas personas, a ti. Engullido por la responsabilidad de haber cometido actos atroces me dispongo a huir, con la esperanza de que seas feliz. De verdad que quiero que lo seas.
Joder, no quería volver a enfrentarme a mí mismo.

Las lágrimas fluyen rápido, ya tienen el sendero hecho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario